Mientras subía Santa Eulalia, tenía lugar la apertura del Año Jubilar de la Vera Cruz de Caravaca
La basílica menor de la patrona de esta ciudad acogió la celebración de apertura
"Caravaca de la Cruz se convierte en un foco de espiritualidad y de peregrinación, será para todos la luz que nos ilumina, el signo más grande del amor entregado.
Peregrinar a Caravaca supondrá entrar en el misterio de amor que nos ha ofrecido Jesucristo; vendremos a Caravaca a participar de su misericordia y de su perdón para sentir la fuerza de la alegría y salir de aquí cargados de la esperanza que necesitamos para afrontar el día a día con un corazón cristiano".
Con estas palabras el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, se dirigía a quienes participaban en la Misa de apertura del Año Jubilar de la Vera Cruz, en la celebración que tenía lugar en la basílica menor santuario de la patrona de Caravaca.
Presidía la celebración Mons. José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, acompañado por el obispo de Cartagena, y junto a ellos el arzobispo emérito de Burgos, Mons. Francisco Gil; el obispo de Jaén, Mons. Sebastián Chico; el obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera; el obispo de Guadix, Mons. Francisco Jesús Orozco; y el obispo de Almería, Mons. Antonio Gómez; junto a medio centenar de sacerdotes. Participaban también en la celebración los seminaristas de los tres seminarios diocesanos: San Fulgencio, Redemptoris Mater y Menor de San José.
En su homilía, el arzobispo de Granada ha invitado a los presentes a acercarse a la Sagrada Reliquia en este «año de gracia y de bienes». Ha animado a los creyentes que participaban en la celebración o que la seguían por televisión a no ocultar su fe en la Cruz, tal y como hacen los caravaqueños «que han recibido el testimonio de primera mano de la pasión y muerte del Señor, el símbolo del cristianismo». Mons. Gil Tamayo ha recordado, además, que este Jubilar es un tiempo de conversión, de contemplar a Cristo, para «salir de aquí haciendo el bien».
El comisario del Año Jubilar y párroco de El Salvador de Caravaca, David Martínez, ha leído la carta que en 1998 envió la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, concediendo al santuario de la Vera Cruz la celebración de un jubilar a perpetuidad a celebrar cada siete años. En el decreto de concesión se explica que la Penitenciaría Apostólica concede Indulgencia Plenaria cumpliendo los requisitos establecidos (visitar el santuario de la Vera Cruz, comunión eucarística, confesión sacramental y orar por las intenciones del Santo Padre) durante la celebración del Año Jubilar en las misas de apertura y clausura, o en aquellas celebraciones presididas por el obispo de Cartagena. Al ser un lugar de peregrinación permanente, la Santa Sede concede también Indulgencia Plenaria fuera del Año Jubilar los días 3 de mayo, fiesta de la Aparición de la Vera Cruz, y 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Sata Cruz; siempre que por devoción se peregrine en grupo al santuario caravaqueño; o una vez al año, en el día que libremente se elija por los fieles.
Los primeros peregrinos llegan al encuentro con la Vera Cruz
Entre las personas que han participado esta mañana en la Misa de apertura del Año Jubilar, estaban también varios grupos de peregrinos. Entre ellos se encontraba Salvador Campoy que junto a dos amigos han iniciado a las cinco de la mañana el camino desde Bullas para llegar a mediodía al santuario caravaqueño. También lo hicieron los dos anteriores jubilares y recomiendan la experiencia a quienes puedan hacer el camino a pie.
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